El Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) realizaron en conjunto una investigación de escuelas chilenas que han logrado generar procesos de mejoramiento educativo y sostenerlos en el tiempo.

Bajo los criterios de retención escolar, pruebas estandarizadas (SIMCE), índice de vulnerabilidad, entre otros, se identificaron 12 establecimientos educacionales de todo Chile que lograron un mejoramiento escolar sostenido a lo largo de la década del 2000.

En el libro Lo Aprendí en la Escuela ¿Cómo se logran procesos de mejoramiento escolar?, se exponen las siguientes conclusiones de la citada investigación:

1. Los procesos de mejoramiento son endógenos a las escuelas, pero no son autónomos del contexto y de las políticas educacionales.

2. La forma de organización de la institución es un factor importante, pues los directivos están sistemáticamente presentes como actores claves, promoviendo cultura profesional y de innovación, motivación e identidad.

3. Existe también una dimensión que involucra la cultura de la escuela, una identidad compartida, y una alta motivación de los docentes.

4. Figura la gestión técnica-pedagógica que es el corazón de los mejoramientos estudiados.

La Escuela México de Michoacán, ubicada en la ciudad de Osorno y a la cual asisten 961 alum@s, es destacada como: “Una estrella que sobresale en el sur de Chile” ya que alcanza los niveles de efectividad educativa más elevados, puesto que en los últimos 6 años pasa de un nivel básico a un nivel avanzado obteniendo un puntaje SIMCE por encima del promedio nacional. Este plantel es reconocido como uno de los 10 con mejor desempeño a nivel nacional, lo que da cuenta de un mejoramiento integral de conocimientos y habilidades.

Entre los factores característicos que se destacan de la Escuela México de Michoacán son: el alto compromiso y sentido de responsabilidad que tienen los docentes y directivos respecto a la enseñanza y los aprendizajes de los estudiantes; la alta exigencia y expectativas de los aprendizajes y el futuro que pueden alcanzar los alumnos. Así, los estudiantes son estimulados constantemente para dar lo mejor de sí mismos y sentirse orgullosos de su escuela, pues existe la convicción de que con buena enseñanza y un esfuerzo personal, todos pueden aprender independientemente de su condición socioeconómica.

Además, se subraya la estructura y el riguroso sistema de gestión pedagógico-curricular que permite organizar, apoyar y supervisar el trabajo que realizan los docentes en el salón de clases. Con este conjunto de medidas, el trabajo pedagógico de la escuela está altamente alineado entre los diferentes niveles. Este sistema de gestión está compuesto por la especialización de los docentes; un fuerte sistema de planificación de clases; un seguimiento sistemático y preciso del aprendizaje de los estudiantes y una preocupación por abordar rápidamente a los estudiantes que presentan mayores dificultades.

Los procesos de mejoramiento de la Escuela México están fuertemente institucionalizados, lo que permite afirmar que posee las condiciones de sustentabilidad de la calidad educativa, lo cual no significa que no existan desafíos pero permite seguir fortaleciendo las buenas prácticas que le permiten brillar como “una estrella que sobresale en el sur de Chile”.